Implementar una estrategia eficaz en la gestión de riesgos es esencial para proteger los intereses corporativos y preservar el prestigio de una organización. Por eso, cada vez es más común que la alta dirección defina políticas que guían la detección, evaluación y reducción de riesgos y fraudes. Es así como contribuye a garantizar la continuidad y expansión empresarial.
En este punto, el líder desempeña un rol fundamental. De hecho, es a él a quien toca impulsar el desarrollo de una cultura que promueva la transparencia, la ética y la responsabilidad en las operaciones.
En este contexto, algunas de sus tareas más importantes serian:
- Estructurar e integrar procesos de control interno.
- Asignar adecuadamente recursos para garantizar una efectiva gestión de riesgos y fraudes.
- Mantenerse constantemente informado y actualizado sobre tendencias y amenazas en este campo, para tomar decisiones mejores decisiones.
- Fomentar la colaboración y la comunicación entre todos los niveles de la organización en lo referente a la gestión de riesgos y fraudes.
- Involucrar a departamentos y empleados en el proceso, fortaleciendo así la capacidad de detectar tempranamente y dar respuesta oportuna a situaciones específicas.
- Construir su propio “lienzo de riesgos”.
En cada uno de estos puntos, la transparencia y la apertura al diálogo son pilares fundamentales en la construcción de una cultura organizacional resiliente.
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Amplía y afina tu visión en temas de riesgos y fraude
Directores, propietarios de negocios y consejeros deberían entender la importancia de gestionar -desde una perspectiva estratégica- riesgos y fraude. De hecho, esta gestión no debería limitarse a la implementación de tácticas operativas. También debería centrarse en políticas y estrategias que protejan los activos y la reputación empresarial a largo plazo.
Así, al comprender la complejidad de los riesgos y su impacto en la toma de decisiones, es posible mitigar amenazas y aprovechar oportunidades.
Para los directores funcionales vinculados con la gestión de activos y el manejo de información, es vital comprender la gestión de riesgos y fraudes. Para hacerlo, necesitan herramientas que mejoren la eficiencia y seguridad de los activos empresariales.
También deben identificar y evaluar riesgos asociados con la gestión de activos e información, así como de implementar medidas preventivas y de control. Al integrar la gestión de riesgos en sus procesos operativos, aseguran la protección y el óptimo aprovechamiento de los recursos.
Finalmente, para los ejecutivos encargados de la gestión de riesgos es vital desarrollar una visión más allá de la mera identificación y mitigación de riesgos. Un nuevo enfoque debe permitirles alinear tres asuntos importantes: la gestión de riesgos, los objetivos del negocio y una visión a largo plazo de la organización.
Desarrollar un enfoque práctico
El Programa Gestión Integral de Riesgos y Fraude, desde la Perspectiva de la Alta Dirección, de IPADE Business School, propicia la aplicación práctica de conceptos. Esto, al tiempo que dominas la terminología, las estrategias y las herramientas relacionadas con riesgos y fraudes.
Con base en el Método del Caso de IPADE, aprendes cómo aplicar comprender los conceptos teóricos en situaciones reales. Al mismo tiempo, la interacción entre los participantes enriquece el proceso de aprendizaje con diferentes perspectivas y experiencias.
Entre sus beneficios clave, Gestión Integral de Riesgos y Fraude, Desde la Perspectiva de la Alta Dirección promueve la construcción de un “lienzo de riesgos”. Con esta herramienta, el participante desarrolla una visión holística de los sistemas de control y de los riesgos que enfrenta su organización. Lo que le permite dar un paso adelante en una de las áreas más sensibles del negocio.
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