El Design Thinking en la práctica organizacional

El fenómeno del Design Thinking ha sido fascinante de observar. Ha dado un salto en la práctica del diseño aplicado a otros ámbitos de los negocios. Lo observamos exitosamente desde el marketing hasta los recursos humanos, las finanzas o la cadena de suministro. Es decir, la propagación del Design Thinking como herramienta para la innovación, está documentada y más que comprobada. Sin embargo, la prisa para aplicarlo en la organización como solución rápida ante los problemas, es una premisa falsa.

Si bien el Design Thinking ofrece un marco claro y accesible, la suposición de que es fácil de implementar es engañosa. Mejor dicho, es fácil de entender, pero los plazos necesarios mal interpretados a menudo estropean su práctica y también sus resultados. Es importante conocerlo bien para optimizar su aplicación.

¿Qué requiere el Design Thinking?

El Design Thinking, como proceso de innovación, requiere rigor en su aplicación. Evaluemos tres aspectos del proceso de Design Thinking que son cruciales para una implementación exitosa.

1. Investigación:

Es necesario que el análisis tenga profundidad y amplitud de información procedente de una extensa variedad de fuentes. También es indispensable que la información sea complementada con el conocimiento y experiencia de las principales partes interesadas. Es mejor mapear las principales ideas, así como los valores atípicos para descubrir ‘Lo que realmente es’. Es oportuno invertir en investigación cualitativa e investigadores de calidad. La conclusión de la investigación proviene de la comprensión inmersiva de la situación y no de un análisis con perspectiva reactiva. La investigación es una práctica continua dentro de un marco: se acota perfectamente para conseguir variables comparativas; se utiliza para validar y complementar una posible teoría o una idea que aún no tiene fundamento. La investigación es una etapa no negociable, incluso en la fase de prueba.

2. Síntesis y creación de sentido:

Estas son dos habilidades cruciales para cualquier Design Thinking: ambas requieren la dirección de una mente entrenada o familiarizada con el contexto comercial. Asimismo, que alcance la capacidad para filtrar la información a través de la lente correcta. La información puede ser abundante, pero quien dirige el proyecto de investigación debe seleccionar su relevancia para el caso que aplica. También es importante contar con el tiempo y espacio para obtener conclusiones y presentarlas incluso cuando estas no son las esperadas. Dados los resultados, los responsables de la toma de decisiones deben tener la capacidad de tomar la información sin deformarla y reflexionar. Al tener resultados deben saber sintetizar para simplificar el problema y poder dirigir una hipótesis: se extiende una gama de posibilidades de “qué pasaría si…”, sin importar cuán lejos de su zona de confort pueda estar la posible solución.

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3. Ideación e iteración:

Al igual que cualquier proceso científico, se requiere un proceso de hipótesis, prueba y eliminación. Las ideas que se arrojaron en el paso anterior pueden ser muchas, pero dar la pauta para seguir una puede ser difícil. A menudo, los equipos deben ser entrenados con las soluciones que serán aplicadas, realizar inversiones o recrear la configuración del negocio.

Distinguir una idea factible y convertirla en una idea exitosamente implementada es poco común. A menudo, los participantes se ciegan buscando la idea perfecta o adoptan una mala idea rápidamente sin considerar su viabilidad a largo plazo. La clave es iterar las ideas para abordar el 60-80% del problema y encontrar una solución que supere el statu quo con claras ventajas a largo plazo.

¿Cómo funciona mejor el Design Thinking?

El Design Thinking funciona mejor cuando se aplica con una visión científica, atemperada por evaluaciones comparativas constantes. Tómate libertades creativas para desarrollar las ideas y visualizar oportunidades, pero después básalas en datos precisos y relevantes y apóyate en el análisis exhaustivo.

El mejor Design Thinking suele ser el más sencillo, ese con el que los usuarios se pueden identificar. Las empresas están dando un paso adelante en esta dirección, con mucha atención en la experiencia del cliente y los datos que arroja.

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