¿Por qué suelen fallar las estrategias? Según datos de McKinsey & Company, únicamente el 14% de los gerentes funcionales están satisfechos con la rapidez de toma de decisiones en su empresa. Además, sólo el 22% de los empleados cree que los líderes tienen una dirección clara para el negocio. Y sorpresivamente únicamente el 13% de los empleados en Estados Unidos piensan que el liderazgo de su organización se comunica de manera efectiva.
En Latinoamérica, si bien no se cuenta con cifras precisas al respecto, pasa algo muy similar. Muchas organizaciones son lentas en la toma de decisiones y no cuentan con equipos ejecutivos equipados para pensar estratégicamente.
Para atacar esa importante carencia es necesario que la dirección y las empresas valoren e inviertan en el desarrollo de pensamiento estratégico. Pero, ¿cómo entender este concepto?
Pensamiento Estratégico…para qué
Si por pensamiento estratégico entendemos la capacidad de analizar, planificar y tomar decisiones acertadas, entonces debemos concluir que desarrollar esa capacidad permite:
- Tener visión a largo plazo: Los directores ejecutivos deben pensar más allá de las operaciones diarias y enfocarse en el futuro de la empresa.
- Tomar decisiones informadas: Pensar estratégicamente implica analizar cuidadosamente todas las opciones disponibles y considerar sus implicaciones en el largo plazo.
- Adaptarse a entornos cambiantes: En ambientes en evolución y sujetos a cambios tecnológicos, económicos y sociales, pensar estratégicamente permite anticipar y planear. Al observar lo que viene, puedes identificar oportunidades y amenazas antes de que se conviertan en problemas.
- Asignar de manera eficiente los recursos: El capital y el talento humano son limitados, asignarlos de manera efectiva ayuda a lograr los objetivos y maximizar su rentabilidad de la empresa.
- Tener una comunicación efectiva: El pensamiento estratégico exige también comunicar la visión y los objetivos de la empresa de manera clara y persuasiva.
- Impulsar la competitividad: Las empresas necesitan estrategias sólidas para destacar. Un pensador estratégico pone las bases para identificar ventajas competitivas. Sobre esta base puede desarrollar planes que mantengan y/o mejoren la posición de la empresa en el mercado.
- Gestionar el riesgo: Esto es, considerar los riesgos potenciales y desarrollar las estrategias justas para mitigarlos.
- Crecer en forma sostenible: Los directores ejecutivos deben trabajar para expandir la empresa por caminos viables en el largo plazo. Con ello logran al mismo tiempo impactar positivamente en la sociedad y en el medio ambiente.
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Tu estrategia responde al cambio en la conducta del consumidor.
Si esta pregunta ronda constantemente tu cabeza y te inquieta el posible surgimiento de nuevos competidores en el mercado. Si consideras la búsqueda de alianzas estratégicas con otros actores del sector o estás pensando en la necesidad de incorporar nuevas estrategias al negocio, es tiempo de actualizar tus conocimientos y sumar habilidades más finas a tu perfil.
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Cambridge Judge Business School ha diseñado el programa para lograrlo. Pensamiento Estratégico para Directores Ejecutivos aborda la creación de estrategias innovadoras; mejores prácticas de formulación de estrategias en el mundo real y los riesgos que pueden enfrentarse en un ecosistema de innovación.
En la plataforma educativa de Emeritus Latam, este programa online y en español comprende una variedad de marcos y modelos que permiten formular, evaluar y ejecutar estrategias. Por ejemplo, el modelo de visión basado en los recursos se centra en identificar y aprovechar los recursos internos de una organización como base para el desarrollo de una ventaja competitiva sostenible.
Este curso de Cambridge también te acerca, entre otras valiosas aportaciones, a metodologías y herramientas que ayudan a comprender mejor el entorno competitivo en el que opera el negocio. Entre ellas:
- La Estrategia del Océano Azul, que propone un enfoque innovador para la creación de valor y la diferenciación en un mercado.
- El modelo de las 5 fuerzas de Porter, herramienta analítica utilizada para evaluar la competitividad y la atracción de una industria en específico. Esas cinco fuerzas que afectan a la competencia y la rentabilidad en un mercado, lo que ayuda a las empresas a comprender mejor el entorno competitivo en el que operan.
En cualquier caso, pensar de manera estratégica implica un enfoque holístico para la toma de decisiones y la planificación. El gran objetivo es alcanzar metas específicas y mantener una ventaja competitiva en entornos cambiantes.
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