Inteligencia Emocional Ingrediente esencial en puestos directivos

Según un informe de Harvard Business Review, el 58% del éxito en un puesto directivo se atribuye a la inteligencia emocional. Por eso, esta “cualidad” es altamente valorada en la evaluación de desempeño del líder.
Más allá de sus habilidades y conocimientos, su capacidad para reconocer y gestionar emociones es fundamental para ejercer un liderazgo eficaz y tomar decisiones equilibradas.
El directivo con alta inteligencia emocional identifica y regula sus emociones, evitando que influyan negativamente en el proceso de toma de decisiones. Esta autorregulación es esencial para evaluar situaciones con objetividad y seleccionar las mejores alternativas para el equipo y para la organización.
Timothy Gallway
Nacido en 1938 en San Francisco, California, Gallway es autor de libros que abordan el desarrollo de la excelencia profesional y personal. Uno de los bestsellers mundiales de su autoría es “El juego interior del tenis”. Si bien obtuvo prestigio por su pasión y aportación al deporte (su curiosidad se desencadenó siendo capitán del equipo de tenis de la Universidad de Harvard) se le reconoce como inventor del “coaching”. El autor señala que el rendimiento de un profesional depende de su potencial y de “interferencias”. Entre menos interferencias emocionales negativas se cruzan por el camino, mayor potencial alcanzaremos.
5 Capacidades que distinguen al líder con Inteligencia Emocional
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Motivación y desarrollo del talento
Un líder emocionalmente inteligente inspira y motiva a su equipo, reconoce y valora las fortalezas individuales de cada miembro. Esta empatía facilita la creación de un ambiente laboral positivo, donde los empleados se sienten apoyados, comprendidos y valorados. En un ambiente así, cada miembro del equipo fortalece su compromiso y eleva sus niveles de productividad.
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Comprensión de las necesidades emocionales de su equipo
La empatía, componente central de la inteligencia emocional, permite que el líder entienda y tome en cuenta las emociones y necesidades de sus colaboradores. Esta comprensión es vital para detectar preocupaciones, ofrecer apoyo adecuado y fomentar relaciones laborales sólidas y de confianza. Según el psicólogo norteamericano Daniel Goleman -autor del libro Inteligencia Emocional-, esta es una de las poderosas razones que hacen que este tipo de inteligencia sea clave en los puestos directivos porque construye un liderazgo más efectivo.
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Reducción de tensiones y manejo de conflictos
Los conflictos son inevitables en cualquier entorno laboral. Sin embargo, los líderes con alta inteligencia emocional gestionan estas situaciones de manera constructiva, utilizando la empatía y la comunicación para mediar y resolver discrepancias. Esto reduce tensiones y fortalece la cohesión del equipo. También mantiene un enfoque racional y permite superar obstáculos en la administración del talento y de los equipos
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Resiliencia
Otro ingrediente esencial de la inteligencia emocional es la resiliencia: esa capacidad para adaptarse y recuperarse frente a la adversidad. También trabajan para contagiar esa capacidad a los miembros del equipo, guiándolos para navegar en tiempos de incertidumbre y cambio. Esto no sólo permite canalizar adecuadamente emociones ante situaciones de presión, también crea entornos de trabajo más saludables.
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Lealtad del equipo
Cuando los empleados sienten que el líder comprende y toma en cuenta sus emociones y necesidades, es más probable que desarrolle un sentido de lealtad hacia la organización. Esta lealtad se traduce en una mayor retención de talento y en la construcción de un equipo más comprometido con los objetivos corporativos. Un objetivo a tomar en cuenta en tiempos en los que se habla de caídas significativas en el nivel de compromiso de los empleados en las organizaciones.
La inteligencia emocional en el trabajo
En resumen: hoy día, la inteligencia emocional en el trabajo es una de las soft skills más demandadas. Los hechos lo confirman. Según el estudio de CapGemini, Emotional Intelligence: The Essential Skillset For The Age Of AI, el 76% de los directivos considera que los empleados deben desarrollar su inteligencia emocional. Sobretodo en funciones relacionadas con el trato personal y con el cliente.
El mismo porcentaje señala que los empleados deberán asumir más tareas que exigen competencias emocionales. Mientras que +8 de cada 10 empresas considera que contar con colaboradores con competencias en inteligencia emocional será imprescindible.
Y es que, según Goleman, tener un alto coeficiente intelectual no es suficiente. De hecho, un elevado IQ solo es capaz de predecir el 20% de los factores determinantes del éxito. El 80% restante depende de variables como la clase social, la suerte y, desde luego, la inteligencia emocional.
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