Mujer y Liderazgo: 10 reflexiones sobre mujeres y su liderazgo

Recientemente Miriam Ballesteros, comunicadora dedicada al apoyo y divulgación de temas financieros y en particular enfocada en aquello que impulse a los trabajos que se insertan en las cuestiones de género, se certificó con Emeritus en el programa “Mujer y Liderazgo” del IESE.

Nos pareció relevante que, posterior a su certificación, escribió un interesante artículo resaltando los aprendizajes más significativos que obtuvo durante esos tres intensos meses, a lo largo de este programa.

Tuvo un cálido acercamiento con los profesores Nuria Chinchilla, Esther Jiménez, Miguel Ángel Ariño y Kandarp Mehta que en forma virtual desfilaron por las aulas para acompañar a Miriam y a sus más de 50 compañeras, ejecutivas de corporaciones de todo el mundo.

Los 10 valiosos aprendizajes que Miriam obtuvo de este programa se enlistan a continuación:

1. Sé agente de cambio y “walk the talk”.

Deja de sentirte tan cómodo todo el tiempo, rompe el confort y exponte. Crea un contexto que te de oportunidad para convertirte en un agente de cambio.

Encuentra la condición para mostrar tu mejor versión al mundo de los negocios, labora en un estado de Flow continuo, que te ayuda a crecer profesionalmente y también fluye con tus amistades, familiares y ante la sociedad.

El ingrediente walk the talk” reviste el concepto de agente de cambio. Es decir, basta de teorías, practiquemos con el ejemplo. En todos los niveles jerárquicos es indispensable actuar, demostrar con hecho nuestras intenciones de evolución.

2. ¿Qué te motiva cada mañana para levantarte e irte a trabajar?

Si consideras que lo que te mueve es tu entorno y todo lo que este te puede dar, estás ante un motivo extrínseco, que se traduce en prestigio, dinero o posición social. ¿Y eso es malo? ¡Por supuesto que no! Pero claro, puede llevarte a una condición reactiva causada por el mantenimiento de todo lo que pide tu entorno.

En otro sentido, si lo que te impulsa es un motivo intrínseco, por ejemplo, deseas comprender cosas nuevas, este es el aprendizaje perfecto y sumamente personal, te hará crecer profesionalmente, con seguridad.

Pero, si lo que te mueve a la acción es impactar positivamente a otras personas y quieres que tu trabajo sea útil a otros, te estás levantando cada mañana con un motivo trascendente.

3. Siempre estás aprendiendo. Pero solo tú eliges cómo te nutre este aprendizaje.

Aprender a decidir crea nuestros patrones de conducta.

Por ejemplo, puedes dudar entre ayudar o no a un colega que tiene dificultades para realizar un proyecto. En este caso escarbas en tu interior y descubres los motivos que te llevan a una decisión o a la otra. Es probable que en este conflicto decisorio sea cual fuere tu decisión, te conlleve a un tipo de aprendizaje:

Un aprendizaje positivo es, en este ejemplo, motivacional. Implica que eres capaz de moverte por los demás en diferentes circunstancias.

En cambio, si en el caso anterior decides no ayudar a tu compañero, estarás ante un aprendizaje negativo, mismo que te cegará de ciertos aspectos de la realidad. ¿Por qué? Porque no verás personas completas en la empresa; verás roles.

“El aprendizaje positivo es el único que permite desarrollar relaciones de confianza positivas y sostenibles.”

— NURIA CHINCHILLA

4. Dirige, no mimetices.

Apuesta por un estilo de liderazgo colaborativo, comunicativo, empático y orientado a personas.

Dirigir sin mimetizar permite contemplar la oportunidad para conseguir que la diferencia entre lo masculino y lo femenino sea sinérgica y complementaria. Lo ideal es que los equipos de liderazgo y dirección de una empresa estén conformados tanto por hombres como por mujeres, para abordar cualquier situación desde ambas perspectivas.

5. El autoconocimiento es poder.

Conocernos bien a nosotros mismos es un reto.

El análisis de nuestra persona y el temperamento que reina en nuestras decisiones es fundamental para evaluar nuestro progreso en la empresa. ¿Cómo se puede analizar uno mismo? Observando objetivamente nuestro temperamento y carácter, las competencias que nos son naturales y el feedback recibido por personas que nos conocen.

El programa  “Mujer y Liderazgo” lleva a la práctica un Cuestionario 360º. Instrumento de gran utilidad para saber qué competencias de liderazgo tienes en forma individual (como habilidades para crear una estrategia, el potencial de autodesarrollo, control personal o autogobierno, entre otros), inclusive te permite saber cuáles de ellas debes reforzar o podrías mejorar. Para practicar este cuestionario el programa utiliza TalentApp360, pero hay otras plataformas, como Belbin.

Desarrollar un profundo test para identificar nuestro perfil y después guardarlo en el cajón, realmente no sirve de nada. Hay mucho trabajo que hacer después de obtener los resultados.

“La información que recibimos de nuestro entorno es un tesoro.”

— ESTHER JIMÉNEZ

Puede ser que en la empresa donde colaboras existan instrumentos para evaluar tu performance o, en una forma mucho más informal, podrías observar algunos comentarios que hacen tus colegas en el trabajo acerca de tu trabajo o tu personalidad, mismos que podrías tomar en cuenta para contemplar cómo te ven ellos. ¿Así es como quieres que te vean?

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Reflexiona sobre cómo generas y recibes feedback en tu organización. Y definitivamente busca estas opiniones periódicamente. Si eres tú quien evalúa a alguien más, encárgate de encontrar observaciones concretas que estimulen el crecimiento de la persona que calificas. No juzgues, eso es muy importante, mejor vincula el comportamiento individual con el impacto del equipo de trabajo y la organización.

6. Define tu propósito.

Tú tienes una trayectoria vital, te construyes cada día. Descubrir quién eres y hacia dónde vas no es tarea fácil. Pero puede ser muy enriquecedor.

Al hablar de la carrera, al menos en nuestra lengua, pareciera que entras a una competencia. En la trayectoria vital se vinculan las dimensiones humanas: personal, profesional, familiar y social. No se centra en la “carrera profesional”. Lo esencial es reflexionar sobre uno mismo: cómo disfrutas de tus competencias, qué motivos tienes, qué valores te caracterizan, cómo te mira el mundo, qué traes en tus raíces y algo muy importante: qué puedes aportar tú y únicamente tú.

7. Decidir qué (y qué no) hacer

Puedes notar que, entre las decisiones que toma la dirección de una empresa, se destacan aquellas que generan unidad. Tomar estas decisiones hacen una gran diferencia y permiten la construcción de una organización de calidad. Las decisiones interesantes hacen que cada actividad cobre un mejor sentido. Relaciona las actividades con los objetivos.

Hay al menos dos decisiones determinantes en la empresa:

  • A quién contratas.
  • Cómo mueves a las personas.

“Se necesitan líderes valientes para escoger lo correcto por encima de lo conveniente.”

— MIGUEL ÁNGEL ARIÑO

8. No recibes lo que mereces, recibes lo que negocias.

En general las mujeres piden menos y reciben menos.

Un estudio de Marks, M. y Harold C. demostró que 7 de cada 10 hombres negocian el sueldo frente a 2 de cada 10 mujeres. Un hecho que no hay que pasar por alto.

Kandarp Mehta apuesta por cuatro estrategias de negociación:

  1. Plantear la negociación como una conversación.
  2. Traer una buena estructura para reducir la incertidumbre.
  3. “Acondicionar la mente”, es decir, pensar en un momento donde te hayas sentido con poder, autoridad y control.
  4. Negociar teniendo en cuenta a los demás. Está demostrado que cuando las mujeres negocian pensando en los demás conseguimos mejores resultados.

“La negociación empieza cuando empezamos a prepararla.”

— KANDARP MEHTA

9. Integra tu vida personal y profesional como a ti te funcione

Dice una investigación de Catherine Hakim de la London School of Economics que el 20% de las mujeres sólo quiere trabajar, otro 20% sólo quiere dedicarse a la vida personal y el 60% quiere conciliar ambas cosas.

Nuria Chinchilla apunta hasta 9 habilidades directivas para tener una vida equilibrada y feliz:

  1. Comunicación: poner en común lo que se espera en la empresa, pareja, hijos…
  2. Asertividad: manifestar claramente y con evidencias.
  3. Paciencia: tranquilidad y espera.
  4. Empatía: ponerse en el lugar del otro en cuanto a emociones.
  5. Gano-ganas: tomar decisiones sin olvidar las consecuencias.
  6. Creatividad: originalidad en alternativas.
  7. Flexibilidad: en dar y recibir; en casa y fuera de ella.
  8. Incluir criterios de los demás frente a decisiones.
  9. Management: sí, también en el hogar (planificación, gestión del tiempo, etc.).

10. No hay otra como tú. Delega lo delegable.

Eres una persona única. La eficacia de una buena gestión del tiempo es innegable: delega lo delegable.

  • Crea objetivos y forma de abordarlos.
  • Calendariza y da prioridades.
  • Mide la duración de las tareas.
  • Ten períodos de “No molestar”.
  • Reduce el perfeccionismo.
  • Usa un planner en papel, en particular The Productivity Planner y The High Performance Planner son muy recomendables.

“La agenda es el lugar donde descansa el cerebro.”

— NURIA CHINCHILLA

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