Emeritus está convencida de que un mundo con diversidad, equidad e inclusión es posible. Esta conversación que la Comunidad DE&I sostuvo con talento de nuestra organización, es un ejemplo de esta convicción.
Ya sea deliberada o inconscientemente, el sesgo de género hace difícil que las mujeres progresen. Es cierto que saber que existe un sesgo es importante, pero no es suficiente. Se necesita pasar a la acción para nivelar la cancha de juego.
Emeritus está convencida de que un mundo con igualdad de género, un mundo libre de prejuicios estereotipos y discriminación, un mundo diverso, equitativo e inclusivo, un mundo donde la diferencia sea valorada y celebrada es posible. Y lo llevamos a la práctica.
La Comunidad DE&I es un ejemplo vivo de esa convicción y, por ello, líderes de Recursos Humanos de Emeritus se dieron a la tarea de organizar una conversación con mujeres y hombres de la organización sobre el trascendental tema de romper el sesgo de género. En concreto, pusieron en la mesa tres tópicos muy puntuales, sobre los que los participantes expusieron libre y francamente sus experiencias.
¿Cómo el lema # BreakTheBias encaja en los eventos actuales y en medio de una pandemia global?
Según Liza Wolf romper el sesgo de género no tiene tanto que ver con la pandemia, sino con trabajar en casa, una condición que complica la forma de cómo establecer mentores en la empresa o cómo relacionarse con ellos para que te apoyen. Ejemplifica: “Antes trabajaba en un ambiente de oficina y cuando platicaba con los compañeros la relación era más inmediata y era otra forma de construir relaciones. Ahora, aun cuando hacemos relación de uno a uno, no es tan amplia y cercana como quisiéramos”.
Coincidente con Liza en el tema de home office, Michele Kotte comenta que una de las áreas en la que se sintió más desafiada fue fijar límites al trabajar de forma remota. Dice que es muy fácil hacerlo en un ambiente de oficina porque si no estás en tu escritorio no estás disponible. Sin embargo, admite que, al ser educada como mujer, siempre decía que estaba disponible.
Michele supo reaccionar y reconocer que su tiempo era valioso. No obstante, reconoce que, aunque comunicarles eso a los demás fue un reto, lo hizo y eso representó un gran progreso para ella. “Ahora tenemos una nueva estructura donde no hay una separación entre la casa y el trabajo –reflexiona-, pero tenemos que decir en voz alta: ‘ya no estoy disponible después de tales horas’”.
Para Jae Bryant, esta pregunta le evoca el hecho de que, muchos de sus amigos pudieron descubrir todo lo que sus parejas hacían durante todos los días y cuantas cosas tenían que hacer al mismo tiempo. Profundiza que, en términos de romper el sesgo, se pudo apreciar todas las facetas que implica ser mujer. “Se expusieron sus vidas, lo que verdaderamente están haciendo”.
¿Qué te parece si otra mujer te apoya, te representa y te defiende en el trabajo?
Sobre esta pregunta, Melody Iannone interviene para apuntar que, aunque ha tenido supervisores de ambos sexos, una de sus mentoras fue quien verdaderamente la apoyó en el tema de la inclusión. “Ella siempre se aseguró que estuviera incluida en las juntas, que hiciera preguntas, y que estuviera en el camino para tener éxito”, destaca.
Erin Rosenblatt concuerda con Melody en el punto de la inclusión, misma que experimentó con gerentes y ejecutivos de nivel sénior que conocían lo que ella podía hacer, lo que le emocionaba y para lo que era buena. Ello permitió que la representaran y que tuviera oportunidades con otros equipos y líderes. “Eso ha hecho una gran diferencia en mi carrera y nosotros debemos hacer lo mismo por otras personas”, aprecia.
En su turno, Rochi valora el tema del apoyo, el cual vivió cuando un gerente le dijo que no tenía que disculparse todo el tiempo por sus equivocaciones, ya que había cosas que se podían hacer bien y otras no. “Fui muy contenta con esa retroalimentación, me sentí escuchada y ahora estoy esforzándome para hacer eso, sobre todo con los jóvenes”, agrega.
A propósito de sentimientos de culpa, Liza Wolf interviene para señalar que, mientras las mujeres de su equipo tienen un compromiso como una cita con el doctor, se disculpan, los hombres nunca lo hacen y, a lo sumo, ponen en su calendario para enterar a los demás de su ausencia. En ese sesgo de género no está de acuerdo, por lo que, como mentora de mujeres, les dice que no se tienen que disculpar por su vida y que, como profesionales, ellas saben lo que tienen que hacer. “Hay que pensar diferente antes de actuar diferente”, puntualiza.
Joe Bryant, por su parte, está convencida que, para ser incluyente, hay que ser transparente. Piensa que a las mujeres se les niega que en el trabajo deben ser tiernas o amables, por no ser bien visto en el ámbito laboral. “Sin embargo, para mí, la empatía es la clave para ayudar a otras mujeres”.
Al abordar este punto, Liza Wolf retoma el hilo para expresar que hay mujeres que son muy duras con otras mujeres, lo cual considera una injusticia. “Hay que tratar a los demás con la misma dignidad y respeto con la que quieres que te traten”, agrega.
¿Cómo defender y representar a la mujer en una empresa global como Emeritus?
Como recién ingresada a Emeritus, Michele Kotte dice estar satisfecha porque la apoyaron en cuanto a representación, asesoría y recursos al incorporarse a la empresa. Por lo mismo, reflexiona sobre las mujeres jóvenes de otros países que no han contado con ese apoyo, por lo que le gustaría que Emeritus lograra el mismo impacto con mujeres de otras latitudes. En otro sentido, y a partir de una experiencia laboral anterior, propone la formación de un grupo dedicado a las mujeres, espacio donde ellas sintieran la confianza para hablar sobre sus experiencias y para recibir retroalimentación.
A esta propuesta, Erin Rosenblatt responde indicando que en Emeritus ya se trabajan en iniciativas en torno al tema de romper el sesgo, como es la que apoya a mujeres y niños refugiados de Afganistán que se vieron obligados a abandonar su país. Comenta que este esfuerzo nació de voluntarios de Emeritus que, aunque tienen mucho trabajo por hacer, quieren mejorar la situación de las personas. “Esperamos que esto tenga impacto y que sea la primera de muchas iniciativas que emprendamos”, expresa confiada.
Y con su experiencia como mentora, Liza interviene de nuevo para exponer que le gustaría que Emeritus concretara un programa de mentoría para recién contratados, en la que reciban una asesoría para sortear su camino, sobre todo porque en esta organización confluyen personas de diferentes países.
Desde cualquier ángulo, esta conversación deja como reflexión que todos somos responsables de nuestros pensamientos y de nuestras propias acciones, todo el día y todos los días. Pero juntos, podemos romper el sesgo.